WhatsApp recibirá de manera definitiva a la publicidad como vía de monetización, según ha confirmado el directivo de Facebook Luca Colombo. No llegará, eso sí, de una manera intrusiva y molesta para los usuarios, al menos en un primer momento.
Con la salida del último cofundador de WhatsApp hace unos meses, Facebook tiene vía libre ahora para operar a su antojo en una plataforma con 1.500 millones de usuarios activos de manera mensual, lo cual convierte a la plataforma en un negocio extremadamente poderoso para comenzar a obtener beneficios. Era algo que se venía temiendo y rumoreado desde hace ya tiempo –al fin y al cabo, de alguna manera hay que rentabilizar la adquisición–, pero será en el primer trimestre de 2019 cuando se haga efectivo a través de Status, el apartado para historia de Instagram que incorpora también la aplicación de mensajería.
¿Solo el principio?
Tras dejar Facebook el pasado año por tensiones con Mark Zuckerberg, el cofundador de WhatsApp Brian Acton decía el otro día que había «vendido la privacidad de sus usuarios» y que no se sentía orgulloso de ello. Clarificadoras declaraciones que llegaban acompañadas también del manifiesto de que la gigantesca red social quería implantar un modelo de negocio con el que ni él ni su socio fundador estaban de acuerdo.
La llegada de los anuncios a los estados de WhatsApp hace pensar que este podría ser solo el principio de una larga retahíla de acciones por parte de Facebook para exprimir un servicio que, si bien estaba en su posesión desde hace años, nunca habían rentabilidad de manera directa y clara para el usuario (sí a través de la transferencia de datos, por ejemplo, entre una plataforma y otra).
Resulta complicado imaginar una situación en la que la publicidad se inserte en los chats privados de los usuarios, pero también que la plataforma ofrezca la posibilidad de realizar un pago único para no ver anuncios de por vida. El resultado, que según Colombo aún está en desarrollo, será algo a medio camino; molesto, pero como sucede en Instagram, no lo suficiente como para abandonar la plataforma.